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jueves, 4 de noviembre de 2010

Razones Crean Movimiento

Analicemos la palabra Motivación. Podríamos descomponerla en:
Motivo: es una fuerza interna que mueve a una persona a actuar de determinada forma. Propósito, intención, razón.
Acción: es simplemente hacer algo.
Podríamos definir Motivación como una fuerza interna que nos mueve a actuar. Y para actuar, hacen falta motivos, razones. 

Como dijo Shakespeare: “Razones fuertes crean acciones fuertes”.

A menudo y, de manera equivocada, nos fijamos una meta sin dar la menor importancia y atención a las razones que hay detrás. Sin embargo, debemos recordar que lo que nos motiva no es la meta en sí, sino las razones en nuestro subconsciente que hay detrás de esa meta, aquellas que nos impulsan a la acción. Mientras nos damos cuenta de que nuestras razones internas inspiran nuestras acciones externas nos empezamos a dar cuenta que nuestros verdaderos enemigos los tenemos en nuestro interior: Dudas, Ansiedad, Miedo, Impaciencia, Estrés, etc.
Unas razones bien establecidas nos ayudan a sentir la presión interna necesaria para centrarnos y focalizar.
Debemos profundizar en las raíces de nuestras razones y recordarnos a nosotros mismos los beneficios, las razones que hay detrás de las acciones que nos están empujando hacia delante.
Del mismo modo haremos con aquellos a los que queremos hacer reaccionar. Siendo capaces de compartir con clientes, compañeros o empleados cómo serán ellos capaces de entrar en acción con nuestra ayuda, es la mejor herramienta y la clave para ganar y conseguir que ellos ganen. Tengamos en cuenta que siempre hay movimiento, aunque no siempre es hacia delante. Y, aunque cada día tenemos la oportunidad de movernos, nuestras razones deben ser lo suficientemente fuertes como para que el movimiento sea en la dirección deseada.

Recordando a Nietzsche: ”Aquél que tiene un por qué para vivir, puede soportar cualquier cómo”. 


Sé progreso.

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