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lunes, 13 de junio de 2011

Métete, el agua está buena.

    
 Mi familia y yo tenemos una casa en un pueblecito del interior de Castellón. Es un pequeño pueblo de unos 150 habitantes muy cerca de la provincia de Teruel, con bosques de pinos y río. Sí, Castellón y río en una misma frase y no negativa.
     Pues bien, una tarde de otoño, decidimos, como muchos fines de semana, bajar a pasear por el río. Lo solemos hacer a menudo, porque así los niños juegan y, sobre todo, se cansan, cosa muy interesante para preparar la noche. Llegamos al río y mi hijo mayor, que, como muchos niños, aguanta el agua fría mejor que las ballenas, sin pensarlo, decidió bañarse. Cuando nos dimos cuenta ya era tarde. Sus hermanos, al verle, le intentaron seguir, pero, ante la baja temperatura del agua, sólo uno se atrevió, mientras que la niña, no pasó de la orilla. Sus hermanos la animaban: “Métete, el agua está buena”. En un principio no quería, pero le costaba resistirse y quedarse en la orilla. Sus hermanos insistían: “Métete, el agua está buena”. Poco a poco, se fue metiendo, entre juegos y risas. En menos de cinco minutos, los tres estaban con el agua hasta el cuello. El problema, a partir de ahí, fue nuestro para sacarlos. No había forma de convencerles de que nos teníamos que ir porque estaba anocheciendo.
     Os cuento esto con la única intención de animaros a entrar en acción. Como mucha cosas en la vida, cualquier reto que os planteéis puede dar miedo en un principio, pero os aseguro que el reto de progresar merece la pena. Os animo a que os metáis, el agua está buena.
El Reto de Progresar es simplemente eso, un reto, un reto para progresar, un reto para trabajar y ganar en este complicado  mundo, lleno de cambios constantes pero maravilloso a la vez. Consiste no sólo en hacer que las cosas progresen, sino en ser uno mismo el progreso en sí.
Debemos, junto con nuestras ideas, productos y servicios, posicionarnos como Progreso en la mente de nuestros interlocutores. Y también en la nuestra.
Nuestro progreso personal está íntimamente relacionado con ayudar a los demás a progresar.  Aprender no consiste simplemente en saber. Aprender implica, o debería implicar, actuar, acción.
Para ello debemos, primero, aceptar el reto. Progresar depende de nosotros mismos. Al fin y al cabo, progresar es una elección, mientras que el cambio es algo inevitable.