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lunes, 8 de noviembre de 2010

Conviértete en Agente de Progreso

La gente a la que deseamos inspirar acción, debe creer que nuestras ideas, productos, servicios o iniciativas les ayudarán a ir hacia delante. Debe existir plena confianza en nosotros antes de que podamos incluso esperar que los demás elijan modificar sus vidas en incluirnos en ellas.
Debemos ser vistos como catalizador del Progreso de los demás, ser Agentes en su Progreso. Debemos ser Agentes de Progreso.
Los Agentes de Progreso practican la filosofía de “Vive y ayuda a Progresar”. Nos esforzamos en ser capaces de afrontar retos y situaciones en las que de manera proactiva, trabajamos creando progresos positivos para todos los involucrados, incluidos nosotros mismos. Continua y consistentemente decimos y hacemos las cosas que creemos van a ayudar a nuestras compañías, así como a nuestros clientes y compañeros a crecer, avanzar, ser mejores y progresar en la vida y en los negocios.
Los Agentes de Progreso comprenden que la confianza es la base para toda relación positiva a largo plazo, incluyendo la que tenemos con nosotros mismos. Los Agentes de Progreso sabemos que la confianza es la promesa de progresar, pero no la garantía de Progreso. La confianza es frágil, pero continuamente la reforzamos haciendo progresar a los demás y a nosotros mismos.
Los Agentes de Progreso aprenden de sus clientes, empleados, compañeros e incluso amigos descubriendo sus parámetros o metas para progresar. Cuanto más nos metamos en su piel y sus cabezas, más comprenderemos lo que progresar significa para ellos. Seremos entonces capaces de relacionarnos de forma que mostremos cómo nuestras ideas, iniciativas, productos o servicios son beneficiosos y valiosos para ellos.

Sé Progreso.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Razones Crean Movimiento

Analicemos la palabra Motivación. Podríamos descomponerla en:
Motivo: es una fuerza interna que mueve a una persona a actuar de determinada forma. Propósito, intención, razón.
Acción: es simplemente hacer algo.
Podríamos definir Motivación como una fuerza interna que nos mueve a actuar. Y para actuar, hacen falta motivos, razones. 

Como dijo Shakespeare: “Razones fuertes crean acciones fuertes”.

A menudo y, de manera equivocada, nos fijamos una meta sin dar la menor importancia y atención a las razones que hay detrás. Sin embargo, debemos recordar que lo que nos motiva no es la meta en sí, sino las razones en nuestro subconsciente que hay detrás de esa meta, aquellas que nos impulsan a la acción. Mientras nos damos cuenta de que nuestras razones internas inspiran nuestras acciones externas nos empezamos a dar cuenta que nuestros verdaderos enemigos los tenemos en nuestro interior: Dudas, Ansiedad, Miedo, Impaciencia, Estrés, etc.
Unas razones bien establecidas nos ayudan a sentir la presión interna necesaria para centrarnos y focalizar.
Debemos profundizar en las raíces de nuestras razones y recordarnos a nosotros mismos los beneficios, las razones que hay detrás de las acciones que nos están empujando hacia delante.
Del mismo modo haremos con aquellos a los que queremos hacer reaccionar. Siendo capaces de compartir con clientes, compañeros o empleados cómo serán ellos capaces de entrar en acción con nuestra ayuda, es la mejor herramienta y la clave para ganar y conseguir que ellos ganen. Tengamos en cuenta que siempre hay movimiento, aunque no siempre es hacia delante. Y, aunque cada día tenemos la oportunidad de movernos, nuestras razones deben ser lo suficientemente fuertes como para que el movimiento sea en la dirección deseada.

Recordando a Nietzsche: ”Aquél que tiene un por qué para vivir, puede soportar cualquier cómo”. 


Sé progreso.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Colaborando para progresar



Cada uno de nosotros tiene metas personales. La empresa en la que trabajamos tiene metas. Por lo tanto, la mejor manera de progresar en nuestras metas es colaborar con nuestra empresa. Trabajamos allí porque creemos que cumpliendo con nuestras metas de equipo, nos acercamos a nuestras metas personales. De otro modo, ¿qué hacemos trabajando allí? Es cierto que, a veces, la relación es tal que el empleado hace su trabajo porque necesita el dinero y no cree que pueda obtener nada mejor en otro sitio. Pero, aunque así fuese, en cada nivel, cada uno trabaja para progresar.
Las empresas son tan fuertes como lo sean las metas de los miembros de su equipo y éstos creen que el progreso de la empresa les ayuda a progresar hacia esas metas.
La gente sin metas son empleados frustrados y malos profesionales. Los adolescentes, en muchos casos, no son los mejores empleados. No porque sean perezosos, o no tengan ética, sino porque generalmente no tienen razones fuertes vinculadas con lo que hacen. Pero todo cambia cuando ese adolescente tiene una meta clara, como por ejemplo, comprarse una motocicleta.
Para que un equipo progrese, sus miembros deben creer que están personalmente progresando. Deben creer que mientras intentan conseguir las metas del equipo, van haciendo su camino hacia sus propias metas. Si las metas de la empresa no están alineadas con las de los miembros de sus equipos, ambas están condenadas a fracasar.
Los responsables de equipos deben alegrase cuando alguno de sus subordinados se cambia de casa o de coche, porque en ese momento esa persona tiene razones poderosas para actuar de manera contundente.
Cuando nuestra compañía tiene nuevos productos o servicios, mucha gente piensa que es algo nuevo que hay que aprender. ¿No sería peor si la empresa no tuviera ideas? Deberíamos estar orgullosos cuando nos presentan nuevas iniciativas o productos, pues la empresa está teniendo ideas que la ayudarán a progresar y, por tanto a nosotros.
La empresa nos ayuda a progresar y nosotros a ella.

Sé Progreso.